Thursday, September 08, 2005

Brillo en sus ojos

"¿Que sensación sentías cuando te separabas de ella?", me preguntaba mientras trataba de hallar en mi respuesta la razón de las sensaciones que sentía en los últimos tres dias, los mismos tres dias que, por razones de trabajo, se había separado de su pareja con quien convivía en su natal Villa Rica.

"El es médico, nos conocemos desde que yo era una adolescente, fuimos pareja, el viajó a estudiar, y el destino quiso que en un bus coincidiéramos después de siete años". En aquella oportunidad ella fue acompañada de su pareja y él tambien con la suya. Meses después, ya habiendo iniciado de nuevo la relación, ambos recordarían las circunstancias de aquel reencuentro.

"El ya me ha propuesto matrimonio, hace unos minutos me ha vuelto preguntar si acepto ser su esposa". Nidia me comienza a comentar las razones del porque ella teme poder casarse con el. "Yo lo amo, pero temo no poder estar a su lado y corresponderle y atenderle tal como el debe ser". Realmente el argumento no es sólido y quizas llego a notar otras razones por las cuales no formaliza su relación.

"Lo he dado todo por él, incluso he estado conviviendo con él, a pesar de mi familia y la suya". Mientras sus ojos brillan de emoción describiendo las multiples emociones y sensaciones de su convivencia, he sentido a través de su mirada aquella sensación de una mujer que realmente ama a un hombre.

Tal vez sus expectativas son mayores y él no llega a cubrirlas. Tal vez sienta miedo de enfrentar este nuevo reto en su vida. Tal vez ella lo ama y siente que el no lo ama lo suficiente y desconfia de el. Tal vez no ha sabido dimensionar las emociones que la embargan y no sabe el significado de las mismas. Solo he podido decirle que a sus 23 años, aun puede tomarse el tiempo necesario para entender sus emociones y tomar las decisiones mas adecuadas, aunque siendo sinceros, Nidia es una mujer muy inteligente y madura, segura de si misma y a la vez ambiciosa, por ello se entiende la admiración que aquel tipo tiene sobre ella.

Ha bastado solo una plática de una hora para poder disfrutar de ella y emocionarme con aquel brillo de sus ojos. Puede imaginarse amigo mio, ¿que mayor bendición puede recibir una persona en una alejada ciudad por las alturas de Pasco?.

Lima, 07 de Septiembre de 2005

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