Sunday, November 20, 2005

Cusco

Aquella noche regresaba muy cansado de Sicuani. Había estado muy cerca del nudo de Vilcanota, donde se inicia el altiplano, y aunque ello hubiera bastado con salvar el dia, logré visitar la plaza de armas de Tinta y caminar por sus calles que bellamente empedradas revelaban orgullosamente su participación en nuestra historia.

Al parar en el grifo, con cierto temor timbre su teléfono. Aunque me sentia muy cansado, sabía que era quizás la única oportunidad para conocerla mejor. Al termino de esa noche, tras un grito en aquella piedra, en esa fria noche, supe que regresaría por ella.

Han pasado casi dos meses de aquella noche y aun recuerdo aquella voz que me llamaba cuando me retiraba despues de esperar un buen rato en aquel intenso frio. Si no escuchaba el llamado, el destino mio hubiera sido otro en este momento, tal vez no hubiera visto a mi chaparra bailando en aquel lugar, quizas no hubiera bailado con ella, quizas no me hubiese atrevido a pedir su numero de telefono, quizas no hubiera estado al dia siguiente en aquel grifo decidiendo en llamarla o no.

Veo las fotos en Macchu Picchu cada noche. El paisaje es complementado con nuestras sonrisas, como si las piedras obtuvieran en un instante vida y sonrieran al sentir nuestro cariño. Apago las luces y deseo revivir de nuevo ese momento.

Lima 20 de Noviembre de 2005.

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