Wednesday, December 21, 2005

Emil L.udwig

No escribo por que me guste escribir. Escribo porque quiero contar mi vida, a las personas que quiero y a mí mismo. Y este blog es un medio de hacer recordar, tal como un diario, mis deseos, mis sueños, mis frustraciones, mis experiencias, quizás usando a otros como personajes intermediarios en la expresión de esos sentimientos. Por que al final, sobre cada una de las personas que describo, siento una admiración y a la vez una aproximación, que ante similares circunstancias hubiera optado por algunas de sus reacciones descritas. Los mas suspicaces se deben haber dado cuenta de ello.

Tal como lo dijo Gabo, los hechos como uno lo cuenta no necesariamente ocurrieron así, sino lo contamos como nosotros hubiéramos deseado vivirlo. En mi caso es así. Tal vez deseo sobredimensionar un hecho que me permitió sentirme feliz, para otorgarle un grado mas importante al mismo. En otros casos minimizo hechos que me causaron dolor y lástima, porque prefiero verlos como anécdotas sin importancia en mi vida. De esta forma transformo los hechos sucedidos en una novela donde el principal editor sigo siendo yo mismo. Esto es subconciente y conciente a la vez.

De todos los autores que he leído, Emil Ludwig es el que mas me impresionó. Acepto que no me gusta leer novelas, siempre he preferido los cuentos, los ensayos y en especial las biografias, y de estas últimas, Emil Ludwig. Y dentro de la obra de Emil Ludwig, una muy especial, su autobiografía. El impacto que me causo su autobiografía no redunda en actos llevados a cabo por el mismo, sino en todo lo que sintió a su alrededor durante su vida, los lugares donde vivió, las personas con quienes trató, su padre. De ello saqué una conclusión, la vida no es solo un transcurso de acontecimientos y acciones tomadas en forma individual, es también la vinculación con tu alrededor, el inmediato, tu hogar, el mediato, la sociedad y tu ambiente, todo en perfecta armonía. Allí creo que radica el secreto de la felicidad: armonizar nuestros deseos con los de nuestro entorno. Emil Ludwig, al hacerse su autoretrato, no solo dibujó su fisonomía, sino le dió un énfasis especial al fondo de la misma, el espacio donde vivió. Al terminar de leer su libro en mi adolescencia, no sabía qué admirar, si al personaje o los espacios donde se desenvolvió. Ahora entiendo que ambos cosas no son excluyentes, admiro a ambas, y Ud. lector ya debe entender porqué.

Trujillo, 21 de Diciembre de 2005.

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